Las primeras generaciones recordarán al Padre Ramón, que estuvo en Larraona hasta principios de los 80 y desde hace años vivía en Bolivia, en la misión de Cochabamba.

En Larraona levaba la pastoral en el colegio, grupos, campamentos… y como recuerda el Padre Carlos Pagola de él, “Era muy animoso, una persona agradable y cercana, riojano y buen pelotari de paleta goma. Participó en un torneo de profesores, donde llegó a la final jugando de pareja con el Padre Félix Zubiría”.

“Nos dio muchos ejemplos. Y en aquellos tiempos del 74 en que fui al Larraona, hasta que marchó, me animo mucho, y siempre hemos mantenido la amistad», comenta el Padre Pagola.

Una vez que dejó el colegio, fue maestro de novicios, prefecto de estudiantes y después dedicó su vida al servicio misionero en Bolivia.

Quiso morir en la misión, ya que no quiso quedarse en Pamplona para seguir curándose de un cáncer que no tenía remedio. Así, presidiendo la misa, confesando, animando grupos de lectura de la Biblia o de oración, quiso morir y murió.

O mejor, como nos comenta Carlos, “nació para el cielo”. Hasta pronto Ramón.

Damos gracias a Dios Padre por el don de su vida entregada al servicio misionero.

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