Silvia Lorrio Olangua estudió Publicidad, aunque ha trabajado en planificación de proyectos, primero en ONGs y ahora en Nordex Acciona Windpower, en Suecia. Allí, seguro, ejerce de embajadora de los Sanfermines, fiestas de las que se considera “amante desde siempre”.

Cuando llegó la pandemia, dice, tuvo tiempo de recuperar, durante el confinamiento, su afición por la pintura. De esa combinación de pasiones surgió, en medio del frío sueco, una preciosa colección de acuarelas con las que Silvia sentiría el calor de aquellas fiestas tan lejanas y que ese año, como este 2021, no tendrían lugar.

Kilikis, cabezudos y gigantes fueron los protagonistas elegidos de esas acuarelas para matar los ratos libres del confinamiento. Sí, llegaron después de varios cuadros en acrílico de Bruce Springsteen y Freddie Mercuy; pero son los lienzos con motivos sanfermineros los que llevaron a Silvia a ocupar una página en la prensa en plenas “no fiestas”.

Y es que esa colección de acuarelas, titulada “Diseños Pobre de mí”, con 29 diseños “en un estilo pop-art geométrico” según las críticas, se ha expuesto en el bar Viva San Fermín de Pamplona. Una preciosa exposición que también puede verse, virtualmente, en la cuenta de Instagram de Silvia… con un añadido: las acuarelas aparecen fotografiadas junto a paisajes y monumentos suecos. Para ello, ha viajado por todo el país con sus dibujos, buscando esa imagen curiosa, llamativa y, ciertamente, un tanto extraña.

Silvia aprovechó, pues, el momento de confinamiento y los meses de invierno sueco posteriores (como dice ella, con solo 4 o 5 horas de luz al día “a unos menos 15 o menos 20 grados”) para recuperar una afición que, sin duda, puede darle muchas alegrías. Ojalá que, sin confinamientos de por medio, consiga seguir sacando ratos para dedicarlos a los pinceles.

Fuente: Diario de Navarra 8/7/2021